Un abogado del Partido Socialista ha comunicado hoy formalmente al secretario del Ayuntamiento de Arona vía registro municipal (desde el SAC de Los Cristianos) que el todavía alcalde del municipio, José Julián Mena, ha sido expulsado del partido y que, por tanto, pasa a ser no adscrito. Queda por ver si logra mantener el sueldo de alcalde o si hasta eso se le va de las manos.

Así, Mena se consolida como alcalde en minoría absoluta, repudiado por su partido y al mando de un gobierno que solo le apoya parcialmente: consiguió mayoría absoluta en las pasadas elecciones, con 14 actas de concejal. En junio, justo después del confinamiento coronavírico, destituyó al que era concejal de Urbanismo en contra del criterio de la mitad de su equipo de gobierno y de la tregua que habían pedido los mandamases insulares y autonómicos del PSOE mientras intentaban sofocar la crisis abierta en el gobierno aronero.

Esa destitución partió en dos al gobierno municipal de Arona (seis ediles apoyaron a Mena y otros seis le retiraron su confianza –además del destituido–) y rompió la confianza del PSOE en Mena hasta el punto de que el partido optó por expulsarlo de sus filas.

Las gargantas haris aseguran que ya está en marcha una moción de censura multipartido que pretende desalojar a Mena de la Alcaldía. La facción menista está intentando desactivar esa censura, con lo que el consistorio es un hervidero de tensión política cuyos vapores están calentando también la política insular y autonómica. Los partidos que decidirán si Mena sigue o no siendo alcalde son PP, CC, CxA y Sí Podemos.

El menismo ha avisado que recurrirá judicialmente esa expulsión. Y aunque hay quienes aseguran que eso jugará a su favor y le permitirá mantener la Alcaldía mientras los lentísimos tribunales se pronuncian, la moción de censura va por otro lado (es más que complicado usar los tribunales para evitar la votación plenaria encargada de decidir si el alcalde tiene o no el apoyo de la mayoría del pleno).

Por cierto, también han sido expulsados del PSOE el exconcejal de Urbanismo, Luis García (decisión que parte de la decisión salomónica con la que el PSOE resolvió esta crisis de gobierno, sacrificando a un cabecilla de cada bando enfrentado) y casi el ya ex presidente de la agrupación socialista de Arona, el constructor Agustín Marichal, que durante esta batalla se ha ganado una querella por sus embestidas verbales.

Entre las incógnitas que quedan por resolverse destaca ver qué hacen los ediles menistas que sí continúan en el PSOE: si se van del partido para hacer compañía a Mena como no adscritos, si siguen sumando puntos para su expulsión o si abogan por recobrar la confianza de su partido.