La espectacular concentración ‘familiar’ de gitanos de Inglaterra, Escocia y Gales que se ha dado cita estas Navidades en la zona turística de Arona y Adeje ha disparado las alarmas de inseguridad en la zona turística del Sur de Tenerife.
Los policías haris relatan multitudinarias peleas y broncas de los turistas gypsies contra sí mismos, entre ellos y el personal de garitos como Linekers -cuyo portero ha acabado hospitalizado-, contra otros guiris no gitanos y contra población local variadita: desde Añaza’s boys a Ramón ‘el negro’, un vecino de Cabo Blanco conocido por su apego a la marcha garrafón. Hablan también de niños borrachos (uno de los atendidos por la policía de ¡7 años!), de bebés dentro de discotecas y garitos a altas horas de la madrugada. De denuncias varias de robos en los hoteles en los que se han alojado…
Yo llevo días flipando con los extraños sucesos, incidentes y variopintas anécdotas que me iban contando de aquí y allá en relación a la zona turística e intentando buscar algún sentido a tales relatos. Primero lo atribuí a una especie de reacción navideña entre la población local y turista. Pero terminé de fliparla cuando descubrí que el nexo de todos esos rarísimos relatos era que sus protagonistas son gypsies (gitanos guiris). Nada más y nada menos que ¡1.000! gitanos de Guirilandia adscritos a diferentes clanes familiares reunidos de fiestón navideño ¡¿en el Sur de Tenerife?!
¿Y no sale nada al respecto en ningún periódico? Tampoco sabía de dónde venía el dato de que son un millar, si habían venido por su cuenta, traídos por algún touroperador, por una promoción de esas raras del Cabildo de Tenerife… Los polis haris apuntaban entre las posibilidades que se tratara de una operación de la policía o del gobierno británico para restablecer los niveles de seguridad de su país durante las fiestas navideñas, jeje.
Y anoche logré salir de dudas: el periódico inglés The Sun sí que ha cubierto la noticia, igual que el televisivo Channel 4.
Resulta que un famoso gypsy de esa televisión, Paddy Doherty, decidió pasar las navidades con su inmensa familia en el Sur de Tenerife. Se empezó a correr la voz de pariente a pariente, de amigx a colega, y al final se apuntaron a la parranda un millar de peculiares gitanos de Inglaterra, Escocia y Gales. Parece que la mayoría ya ha acabado las vacaciones y retornado a Guirilandia. Digo lo de peculiares porque solo verlos pasear ya era un espectáculo: por su número, por sus coloridas y exuberantes ropas (como de boda desde primera hora de la mañana hasta última de la noche).
Por lo que he leído en prensa y foros ingleses, se lo han pasado pipa y se han quedado maravillados con «la paciencia» del personal de los hoteles, con la marcha y con el clima. Las fuentes haris añaden que la farlopa también ha triunfado. Ains, ¿a que repiten? ¿A que el sur de Tenerife se consolida como destino gypsy? 😕 .
Y ojito, que no estoy diciendo que los 1.000 hayan sido conflictivos. Sino que los y las que lo han sido, se han hecho notar bastaaaante. Tanto como para que se haga necesario tantear a los hoteles y touroperadores para saber la reacción del resto de turistas que ha pasado las navidades en Tenerife, si el gasto medio de ese perfil de turista compensa los desperfectos-broncas que ocasionan los gypsies más conflicitivos… Lo digo porque parece que los responsables turísticos locales e insulares ni se han enterado de lo ocurrido… Igual resulta que es más rentable el turismo gypsy que el guiri convencional. Pero más vale ir valorando lo ocurrido, porque ambos son incompatibles entre sí (payos guiris y gypsies no terminan de entenderse).
Les ampliaré la información en otro post cuando tenga un rato, para que terminen de flipar con las historias que me han ido filtrando los polis haris estos días.