Los 80 millones de euros del nuevo contrato de limpieza viaria y recogida de residuos que ha adjudicado el gobierno aronero de Berto, Sosa y Coalición Canaria,  desprenden un tufillo que canta cada vez más fuerte.

El primer síntoma de que puede haber algo podrido por ahí, es que sus adjudicatarios (la UTE Sufi-Hermanos Cazorla) no tienen los medios materiales que, según el pliego de condiciones, deberían tener para poder optar a esa concesión. Ello ha generado que los operarios recojan la basura ¡¡en carritos de supermercado!! y que, además, se vean con mil problemas a la hora de transportarla, ya que ni siquiera disponen de los camiones que, supuestamente, el nuevo adjudicatario debía tener funcionando en Arona desde el 3 de febrero.

Las propias bases que rigieron esa adjudicación especifican que dichas carencias son muy graves y contemplan la rescisión ipsofacta de la concesión.

Pero eso no ha ocurrido. Lo que ha hecho el gobierno de Berto es perdonar esos pecados y santificar a la empresa adjudicataria para garantizarle el reino de los cielos (o sea, los 101,6 millones de euros para ocho años de contrato).

¿Qué raro, no? Se echan en contra a los trabajadores que no tienen medios y que se tienen que jugar el tipo para desarrollar su trabajo. Quedan en evidencia ante los vecinos y empresarios al barrer a favor de una empresa que, de momento, ha prestado un servicio horroroso. En plena pre-campaña electoral, el alcalde y los suyos regalan a sus competidores una escopeta cargada. Eso sin contar la furia que ha provocado ese proceder entre los empresarios que habían sido eliminados del concurso (por cuestiones insignificantes al lado de la carencia de vehículos para la recogida de residuos) y con la metralleta de denuncias con la que están acribillando al Ayuntamiento.

Protestas laborales, críticas sindicales, denuncias, revuelo vecinal, mala imagen turística…

¿Y tanta penitencia por amnistiar y santificar a unos empresarios de fuera que supuestamente no conocen? Y encima alguno de sus dueños (de los que sí figuran) están pasándolas canutas con embolados judiciales. ¿Qué rara la actitud de los también imputados gobernantes aroneros, no?

¿O va a resultar que esos gobernantes (Berto y Sosa) sí conocen de algo a los adjudicatarios o tienen algún tipo de relación con ellos? ¿Y si resulta que tras esa empresa se esconde a la sombra un empresario del municipio que lleva tiempo silbando por sus ganas de echarle el diente a ese contrato? Un empresario que, por ejemplo, también esté afectado por cuestiones comprometidas del Caso Arona y que, por ello, pudiera preferir no ser una de las cabezas visibles del contrato millonario de Limpieza?

Dudas y especulaciones mías. Sólo eso. Pero todo es posible. Y más en Arona.

De momento, BlancaHari sigue varias pistas para desvelar esas incógnitas (jajaj, porque está claro que yo no soporto tantas dudas). Entre las mismas figuran trámites realizados por un aronero para la empresa finalmente adjudicataria ¡en notarías de Las Palmas y de Sevilla! Un poquito lejos, ¿no? Joer, ni que intentara pasar desapercibido en la Isla…

Y hay otras pistas que prometen dar buenos resultados, como la de que ese mismo aronero habría asumido la búsqueda del local y de las instalaciones de la UTE a la que se le ha adjudicado este servicio. Sin embargo, su nombre y el de su jefe no aparecen por ningún lado en el contrato de adjudicación.

Les seguiré contando más cosas sobre este tema.

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