Delito de compra de votos. ¿Les suena? Pues vayan tatareándolo, porque es el estribillo de la canción elegida como banda sonora del espectáculo político-circense que se desarrollará en Arona hasta el próximo 22 de mayo.
Tiene una letra súper pegadiza, de esas que oyes una vez y no puedes dejar de canturrear por todos lados (en casa, en el trabajo, en el supermercado, en el coche, en la cola del paro,…).
Está disponible en versión corta: Se centra sobre todo en el estribillo, aunque la letra incluye también algunos matices y alusiones que la hacen interesante.
Pero la que mola de verdad es su versión larga. Ésta incluye una historia bastante extensa, pero se hace amena de escuchar porque cuenta una historia apasionante. Algo dramática, la verdad, pero ya verán cómo se les pega en cuanto la empiecen a escuchar. Salvando las distancias y la diferencia de nivel, casi me atrevo a compararla con ‘Simón’, esa larga y bailona canción de Rubén Blades que engancha tanto por la música como por su profundo mensaje. Ambas tienen en común también que la historia que cuentan abarca a un extenso período de tiempo (varios años) y cuyo clímax narrativo tiene lugar al final, cuando se revela el desenlace.
Los protagonistas e inversores de la versión aronera de Agárralo como Puedas están como locos intentando silenciarla, pues temen que el gran día del estreno electoral pueda perder fuerza e interés si se descubren los detalles de los efectos especiales de su show. En cierto modo deben tener razón, pues con lo desganada que anda mucha gente a la hora de plantearse apoquinar votos en estos tiempos de desánimo y de crisis, sólo faltaba que se desvelen las principales claves de tan costosa súper producción.
Pero visto lo visto y oído lo oído, van a tenerlo muy muy difícil a la hora seguir guardando ese secreto. A mí por lo menos no me van a convencer para que deje de canturrear esa canción de letra cautivadora.
¿Que quieren que les adelante alguna estrofita? Jo, es que yo a estas horas tengo la voz muy quebrada. Pero prometo hacerlo en breve.
Mientras, podemos jugar a las adivinanzas. ¿Quiénes creen que son los personajes aludidos en la letra? Valen nombres propios y siglas políticas.