El Ayuntamiento de Arona descoyunta a su Policía Local (1)

Casi toda la plantilla pasa a trabajar de mañana, tarde y noche en turnos de 9 horas, con lo que desaparece la unidad nocturna y casi la UPP.

Los radicales cambios de funcionamiento han sido tan repentinos que el cuerpo está dominado por el caos: faltan vehículos, uniformes y sentido común.

Descoyunta, desarticula, descompone, desmonta, ‘esconcha’… Grrr, no sé ni cómo definir lo que ha hecho el gobierno bertista de Coalición Canaria de Arona con la Policía Local. Pero es que ni los propios policías saben explicarlo. O sea, saberlo sí, lo que no encuentran palabras para describir el taponazo organizativo que les han metido y el caos que reina en el cuerpo policial aronero desde la semana pasada.

Empezando por el final, para que se vayan haciendo una idea de lo bestias que son los cambios, casi todos los policías pasan a hacer de todo. Ya no hay polis fijos de noche o de mañana. Salvo los asignados al grupo de playa y los notificadores, todos los demás tienen que ir rotando por los tres turnos: pasan a trabajar 3 días por la mañana, dos por la tarde, uno de noche y, tras el sexto día de desbarate, salen librando cuatro días. Y para rematarlos, pasan a currar una hora más al día. En vez de 8 horas todos tienen que hacer casi nueve (8:55 en total). A eso sumen que les quitan la paga de Navidad, y se harán una idea del mosqueo que tienen y que hay polis que, en muchos casos, llevan años y hasta décadas sin hacer noches porque las odian, o, al contrario, trabajando siempre de noche porque les gusta.

Como casi todos los agentes tendrán que hacer noches, desaparece la actual unidad nocturna de la Policía Local, cubierta hasta ahora por policías que pedían ese turno de forma voluntaria a cambio de compensación en días libres. Sus integrantes están siendo reubicados en las unidades de patrullas, atestados, playas y tráfico (en medio de un absoluto caos, pues carecen de vehículos, motos, guantes y, en general, de los medios precisos para las ‘nuevas funciones’ de los agentes que cambian de servicio). Ese ‘cambio’ de unidad afecta a un mogollón de agentes, no solo a los que estaban de noche, pues previamente a este descoyunte radical la jefatura del cuerpo había movido de sitio y de turno a numerosos agentes.

La UPP trabajará de noche cada 10 días.

Además, la Unidad de Prevención Policial (UPP) queda tocada de muerte -al menos el modelo de UPP que existía hasta ahora-. Según el nuevo organigrama de funcionamiento de la Policía Local de Arona, esa unidad solo currará en horario nocturno un día de cada 10. Dado que hasta ahora estaban cubriendo sobre todo fiestas, conciertos y concentraciones multitudinarias, la UPP pierde la razón de ser si pasa a funcionar en horario diurno -con los mismos turnos que el resto: tres mañanas, dos tardes y una noche-. La cobertura de las fiestas pasará, supuestamente, a las patrullas ‘ordinarias’ (digo supuestamente porque a saber…).

Y como consecuencia de esas rotaciones, en servicios como el de patrulla se suprime la continuidad en los servicios. Deja de haber polis fijos asignados a un tipo de servicio o una zona regularmente (como se la tienen que pasar rotando de horarios…).

De la noche a la mañana.

Estos cambios fueron impuestos de la noche a la mañana. Se barruntaban cambios desde hacía meses, y especialmente desde el día anterior. (Ya perdida sigo narrándoles el tema en orden inverso y dejo el día anterior para luego).

A las 15:17 del 11 de julio, justo después de conocer la noticia de los recortes que el Gobierno estatal iba a aplicar a los españoles para mantener su oligopolio, aún turbados por el sablazo económico, los agentes de la Policía Local de Arona reciben un SMS de la jefatura con el siguiente texto:

«Jefatura: Aviso de los cambios de horarios Turno de Mañana: de 6:30 a 15:25 h. Turno de tarde: de 14:30 a 23:25 h. Turno de noche: de 22:30 a 7:25″

Así, zaaaas, a lo gonzo. De un día para otro les han ejecutado la más temida amenaza para la mayoría de la plantilla.

El día anterior, como les decía antes, los funcionarios del cuerpo habían sido convocados a una asamblea urgente vía SMS. Asistieron 40 de los 135 agentes en activo. Los polis haris atribuyen ese fracaso asambleario a la precipitación de la convocatoria, a sus turnos de trabajo y, principalmente, al desánimo generalizado que caracteriza al cuerpo y al hastío que siente la mayoría por la desconfianza-descontento hacia sus representantes sindicales. 

(En el siguiente post explico el por qué de esta reestructuración tan radical. Para enlazar directamente pinchar aquí).