Hasta las tetas de tanto hedor a corrupción en Arona (parte 2)


Sobre lo interesante del proyecto deportivo ‘desplanificado’ en Águilas del Teide, la transparencia, la responsabilidad que nos toca a tod@s y la reflexión que va tocando…

Y bien, dicho toooodo lo anterior en la primera parte de este post sobre toooooodo lo que tendría que hacer para pronunciarme sobre la conveniencia urbanística y ambiental del proyecto del centro deportivo de alto rendimiento descartado por la Cotmac de manera súbita y extraña en Águilas del Teide, y sobre si me parece o no un pelotazo, he de matizar que:

Personalmente, lo que me han contado en plan guay sobre el espíritu y alcance del ese proyecto de dimensión deportiva y turística internacional me gusta. Bastante, además. No me complace la ubicación elegida, la verdad. Pero sí creo que sería bueno para Arona apostar por ese tipo de infraestructuras. Cuanto menos, es una oportunidad de diversificación económica bastante interesante, y que merece ser considerada con visión y seriedad.

Urge reactivar la actividad económica, el empleo, la proyección turística, la captación de nuevos nichos de visitantes, y el empleo, sobre todo el empleo. Y en ese sentido, la vertiente deportiva del proyecto se me hace muy atractiva… Podría ser un acierto canalizar por ahí la incorporación laboral de un montón de jóvenes parados o con empleos precarios, muchos de ellos con muy poca formación. En temas deportivos quizás sí podrían ser eficientes trabajando en cosas que les gusten y con metas de ascenso o mejora laboral.

Pero claro, desconozco la previsión de empleo, de actividad, rentabilidad, alcance o nivel de ambición y las posibilidades de dinamización económica del proyecto planteado en Las Águilas hasta hace unos meses. Y desconozco también si los inversores que había antes de la crisis para ese proyecto, siguen interesados en promoverlo en estos tiempos. Y si realmente el anexo residencial es irrenunciable, o al menos justo ahí…

Y ahí, Sansón, radica precisamente una de las madres del cordero del fandango surrealista que aporrea la credibilidad del Plan General de Arona y de todo el urbanismo del municipio en su conjunto: que todo se hace en secreto, sin dar explicaciones a la población, sin abrir debate sobre la conveniencia de ésta o aquella infraestructura u operación, sobre la idoneidad de su ubicación, la apuesta paralela que podría llevar por parte de las administraciones, si compensan los costes ambientales, cómo se minimizarían…

Lo que se llama un urbanismo transparente, abierto a la participación ciudadana y al consenso. Lo que se supone que dice la Ley española y europea que debe hacerse durante el trámite de Participación Ciudadana e Información Pública de normativas y proyectos urbanísticos que, como los Planes Generales de Ordenación municipal, conllevan fuertes repercusiones sociales, económicas y ambientales en su entorno.

Si eso se hubiera hecho en proyectos como éste, y se hubiera documentado que responde a un plan responsable, capaz de promover desarrollo sostenible, con empleo ¡claro!, y calidad de vida, buena parte de la población y los colectivos, clubs y aficionados del municipio y hasta del Sur se habrían postulado en defensa del proyecto deportivo que supuestamente aspira a traer deportistas y clubs de élite de todo el mundo aprovechando el gancho del cálido invierno sureño cuando más allá se están calando de frío.

Y es que, sinceramente, también se echa en falta el apoyo público del sector deportivo a un proyecto tan supuestamente importante para su desarrollo… A lo mejor es que también desconocen su proyección e importancia. No vaya a ser que conocen el proyecto y prefieren no apoyarlo.

Está claro que el papel de los gobernantes municipales, insulares y autonómicos que han timoneado el Plan General de Arona durante una década y media ha sido nefasto en todo lo referido a transparencia, participación y consenso. También que los promotores del proyecto no han promovido tampoco la difusión del proyecto y de sus pormenores y oportunidad para el municipio, al parecer ni siquiera entre el sector deportivo aronero e insular.

Pero agüita cómo queda la prensa en todo esto… Los apenas cuatro redactores que quedan en prensa sureña están desbordados (y digo en serio lo de apenas cuatro. De más de 10 redactores y tres fotógrafos en los rotativos sureños se ha pasado desde la crisis a cuatro redactores. No ha sobrevivido ningún fotógrafo o periodista gráfico). Y a las empresas periodísticas en general se las refunfinfla demasiado el Sur como para invertir tiempo y esfuerzos en informar a fondo sobre asuntos que, como el escandaloso urbanismo de Arona, a lo pronto lo primero que le puede generar al medio es que los pocos anunciantes que le queden en pie de la zona se mosqueen y le retiren ese tan escaso dinerito en los tiempos que corren (empezando por el mismísimo gobierno bertista de Arona, que juega con la publicidad a su antojo, de forma totalmente arbitraria y buscando el beneficio personal-político-partidista con descaro, cuando se supone que ese gasto no debería ser jamás arbitrario ni rentabilizarse en nada que no fuera encaminado al interés público.

Aunque en fin, tampoco es que los ciudadanos del municipio y los colectivos sociales y deportivos hayan estado muy activos en la exigencia de recibir la información de los proyectos que le afectan y que determinarán el futuro o falta de futuro del municipio…
Conclusión de mi verborrea de hoy a cuenta del debate que ha abierto Sansón y que han enriquecido Perfidio y El Colega: Tenemos que cambiar muchas cosas para que este municipio levante cabeza. Para recobrar la confianza en la administración pública y en la gestión de nuestros intereses. Para poder sentir que tenemos una democracia fuerte. Es muy fuerte que tengamos que dudar si es un pelotazo todo proyecto urbanístico que nos plantan en la cara en municipios como éste (y escapan pocos en ese sentido). Joer, que eso no debería ser normal… No debería parecernos normal, ni nadie pretender tolerancia pasiva al desagradable hedor a corrupción que se respira por todos lados.

En lo que respecta a la contribución a la transparencia, y a la discusión responsable y enriquecedora, insisto en que me parece muy positiva la línea de debate abierta en el post de ayer a cuenta del centro deportivo y residencial de Águilas del Teide. Y también la del derecho a la seguridad jurídica que tienen los empresarios e inversores que apuesten por el municipio, algo que hace tiempo que no existe en este municipio y que nos está suponiendo un coste incalculable, aunque nunca se hable de la fuga de inversores que padece el municipio por ese motivo (ni del impulso que eso está suponiendo para municipios más estables judicialmente, como Adeje, que se está poniendo las botas a costa de la fuga empresarial de Arona -aún teniendo crisis, claro-).

Hay temas sobre los que tod@s deberíamos reflesionar. Nos va el futuro en ello… y pinta duro. De momento, para empezar, nada creíble que vayamos hacia algo bueno…

Esta entrada fue publicada en Arona.

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