Con tanta pifia y corrupción, se me había pasado presentarles Aronatrix, el blog de Julio Concepción. Crítico, irónico, intolerante con los tejemanejes, abusos y desvicaciones de poder y con las políticas y políticos decadentes que se alejan de la Democracia Real y del interés general. El contenido del blog, además, es mordaz, ocurrente, sensible y literario, incluso poético. Buena mezcla para un medio 2.0 de opinión, ¿¡eh!?

–>Pinchar aquí para acceder a Aronatrix.

Julio es de los que creen que un Arona mejor, un Sur mejor, un Tenerife mejor y un mundo mejor, son posibles. Es de los que se indigna cada vez que identifica las causas y a los responsables de que ese mundo mejor parezca una utopía inalcanzable. Y de los que en vez de mirar para otro lado, levanta la voz para, al menos, poner colorad@s a los corruptores de las utopías con las que tod@s los ciudadn@s deberíamos soñar y por las que tod@s deberíamos luchar sin tregua.

Julio es un aronero libre, idealista, republicano, ecosocialista, harista, activista ciudadano y militante de Sí Se Puede. Trabaja como animador sociocultural y, como dirían en el ‘1, 2, 3’, natural de Cabo Blanco (de la barriada, como suele decir con orgullo). Un almita cándida con espíritu revolucionario y extraordinariamente entrañable (a mi me cae de p.madre, por si no lo han notado 😉 ).

Ha escrito varios libros sobre rescate de tradiciones (Juguetes de Pencas y Romelarzo). Y hace unos meses dio el salto a la blogosfera como articulista de opinión, primero con el blog El Goro y ahora con Aronatrix. Y miren por dónde, es bueno. Vale que es mi coleguita y que soy poco objetiva en tal apreciación, pero echen un vistazo a su blog y verán que no se le da nada mal esto de escribir.

Él dice que la ‘culpa’ de esta nueva vía 2.0 de crítica y denuncia, es mía, por haberlo animado a plasmar sus escritos en un blog en vez de solo en Facebook. Pero yo creo que tal mérito hay que atribuírselo a la gobernanta bertista Marta Melo: desde que lo increpó y medio amenazó (se supone que con sequía laboral) simplemente por haberse atrevido a compartir en su red feisbuquera un post de BlancaHari, a Julio le entró morbillo por cantar los cuarenta personalmente a los protagonistas políticos de «la realidad de la ficción política aronera» y a quienes abogan «por un cambio para que todo siga igual», es decir, a los protagonistas de la polñitica decadente que caracteriza a Arona (al régimen bertista de CC y al extraño PSOE de Arona los tiene masacrados, y se está librando el CAN de Barrios con Fuentes porque andan calladitos).

Pero bueno, aunque Marta Melo tenga más mérito que yo en el salto bloguero de Julio, me siento muy orgullosa de haber contribuido alguito a la creación del primer blog ciudadano de crítica y opinión política que sale en Arona con nombre y apellidos. También aplaudo blogs ciudadanos anónimos como AronaLeaks (los primeros en dinamizar la crítica política a través de la blogosfera aronera) y AronaPress (otro que se me había pasado presentarles y que vale la pena ojear). Pero la importancia de Aronatrix es que muestra que cualquier ciudadano puede tener un medio público de opinión, sin necesidad de ocultar su identidad. Confío en que cunda el ejemplo (en la vertiente y disciplina que a cada un@ le inquiete e interese).

Si alguien se anima, que no dude en preguntarme dudas sobre cómo crear y gestionar un blog (público o anónimo).

Bueno, y para compensar mi imperdonable demora en compartir Aronatrix con los haristas, les cuelgo en el siguiente post el artículo bloguero que ha lanzado Julio esta semana (bueno, una parte del retraso fue porque cuando tocaba compartirlo Julio me dedicó un post tan maravilloso que me dio rubor).

—> Como he visto que no tod@s controlan las artes de lectura digital, les aviso de que si pinchan sobre las palabras del texto que aparecen resaltadas en distinto color enlazan con otros sitios web, artículos relacionados o información complementaria (si pasan el cursor del ratón sobre esos links, saldrá una pequeña leyenda sobre la información que pueden obtener si pinchan en ellos).