El bertismo ha decidido aplicar a rajatabla la parte del Reglamento Orgánico Municipal que aplasta la crítica y fiscalización pública de la oposición
El gobierno de Arona intenta avanzar en su régimen de oscurantismo informativo y fiscalizador con el silencio cómplice de medios de ¿información? públicos y privados que unta con fondos municipales
¿Recuerdan que les conté hace unos días que el gobierno bertista de CC de Arona celebró la semana pasada una reunión con la oposición para lanzarle un SOS en la gestión del apocalipsis de Arona (Aronalipsis) y que, poniéndose en plan corderitos inocentes y desvalidos, los tres jinetes del aronalipsis (Berto el alcalde y sus concejales Sosa y Miguel Ángel) se deshicieron en ofertas de participación, diálogo, colaboración y consenso hacia los grupos de la oposición, planteándoles incluso compartir las responsabilidades chungas de gobierno?
Jeje, pues ni una semana ha tardado en asomar el verdadero lobo bertista que se escondía tras ese falso cordero: justo antes del pleno del pasado jueves, CC llamó a portavoces de la oposición a la sala de comisiones para comunicarles que a partir de ahora se va a limitar el tiempo de sus intervenciones (creo recordar que a dos minutos por grupo, pero tengo que revisarlo, la verdad). El gobierno justificó semejante dentellada a la participación plenaria de la oposición, en que a partir de ahora va a aplicar a rajatabla el Reglamento Orgánico Municipal (ROM), ese rodillo político que aprobaron ellos mismos a finales del pasado mandato en su absoluto y descarado beneficio (con decirles que se aseguraron de que solo se pudieran liberar concejales de la oposición con sueldo público si CC perdía la mayoría y salía del gobierno).