El alcalde Niño pide a Costas que el ilegal ex Son Latinos sea declarado de interés general

  • LM Producciones ha iniciado los trámites para que el macroconcierto rebautizado como ‘Festival Tenerife Sur de Músicas’ sea autorizado en la playa de Las Vistas para 2015.

  • El alcalde ha comunicado a Costas el interés del Ayuntamiento aronero en su celebración por su «gran repercusión turística y mediática» para Arona y Tenerife.

El gobierno aronero de CC sigue erre que te erre con su matraquilla para rescatar la celebración de macroconciertos en la playa de Las Vistas. Bueno, de macroconciertos no, solamente de uno en concreto: el que promueve uno de los responsables del ex Son Latinos que se celebró en esa playa hasta su prohibición en el año 2003 por un detallín nimio: era ilegal.

Un escollo ridículo ese de la legalidad tratándose de Arona y de Coalición Canaria. Pero suficiente para que hayan hecho aguas todos los amagos políticos y empresariales que se han sucedido durante la última década para intentar resucitarlo. El amago más flipante tuvo lugar este año: la productora que quiere recuperar ese business (LM Producciones, integrada por parte de Guagua Producciones), representantes políticos del Cabildo de Tenerife y del Ayuntamiento de Arona anunciaron a bombo y platillo su celebración bajo un nuevo nombre, Tenerife Sur de Músicas, ¡sin contar con los permisos necesarios! Otra pequeña nimiedad legal de esas que no justifican de ninguna manera que finalmente fuera prohibida su celebración en la playa, ¿no les parece? 🙄 .

Y eso que esta vez habían diseñado un plan infalible para conseguir que la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza, ATAN, (el colectivo ecologista que le tiene la guerra declarada a ese macroconcierto por el probado daño que acarrea al fantástico y frágil ecosistema marino que baña a la playa de Las Vistas), sucumbiera y pasara a aplaudir el evento: este año fue promocionado como un espectáculo macro ambientalista con cuyos sones danzarían felices hasta las ballenas, delfines, tiburones, chuchos y tortugas marinas que el extinto Son Latinos ponía en peligro.

Y ni con esas. ATAN volvió a ponerse intransigente con su manía de proteger las especies marinas, presentó alegaciones ante Costas en contra del evento y trascendió que, dijeran lo que dijeran los políticos desgobernantes, el evento sigue siendo ilegal por el daño ambiental que conlleva. Sin dar siquiera explicaciones por el anuncio de ese fallido rescate de conciertos en la playa, sus organizadores empreariales y políticos activaron sobre la marcha un plan B y lo reemplazaron como si nada por un conciertito en Las Américas (manteniendo su programa paralelo de actividades mega ecologistas, como para ir abonando terreno).

Ah, pero tranquis los fervorosos defensores del evento, porque la productora en cuestión ha vuelto a pedir autorización para intentar celebrar su ‘ecologista’ macroconcierto playero el próximo año y, lo más importante: el alcalde Niño de Arona ya ha encontrado la solución para desbloquear el ‘pequeño’ escollo con la legalidad y con el medio ambiente que lo han hecho inviable hasta ahora: lograr que sea declarado de interés público para el municipio. Así que se ha puesto manos a la obra y ha enviado a la jefa provincial de Costas de Santa Cruz de Tenerife una solicitud de declaración de interés público que, sin duda, dejará sin palabras a los detractores del espectáculo que añora con reunir a miles de personas en la playa de Las Vistas (Los Cristianos).

Impresionada estoy con la profundidad, esmero y rotunda contundencia de los argumentos que justifican el incuestionable interés general que tiene para Arona este macroconcierto playero. Lean por ustedes mismos porque yo me he quedado tan anonadada con su razonadísima y sobradamente justificada importancia turística y mediática, que no puedo articular palabra:

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😆 Sí, han leído bien. Eso es todo. Una sola página y ¡menos de siete líneas! Jajajaja, una solicitud más simple que el mecanismo de un chupete. Aunque qué digo chupete; hasta un caramelo tiene más complejidad que ese escrito del alcalde de un municipio de 80.000 habitantes. Niño niño hasta el infantilismo. Como no sea que pretenda vencer la oposición de ATAN hacia este contaminante evento vía shock 😆 .

El Servicio provincial de Costas ha abierto el plazo de alegaciones previo a la adopción de acuerdo sobre si aceptar la petición alcaldicia. En fin, una cosa tengo clara: si el rescate de los conciertos en Las Vistas depende de la declaración de interés general defendida por el alcalde, en 2015 tampoco habrá música en directo y baile sobre la arena de esa playa. Y una duda, ¿para qué gastar un montón de dinero público en un concierto que busca rédito turístico si el Sur está batiendo récords de ocupación? Estoy espesa, con lo que si alguien lo entiende, agradecería que me lo explicara.

Pero algo sí ha conseguido el alcalde Niño con esa solicitud: demostrar la simpleza política e institucional en la que ha caído Arona. No es que el Ayuntamiento aronero haya brillado alguna vez por su sofisticación, nivel intelectual y calidad argumental (más bien todo lo contrario). Pero caray, esta imagen de administración en pañales que lo más complejo que dice es «gugu» así se dirija a una señora institución estatal como Costas, resulta taaaan penosa que hasta sonroja de vergüenza propia y ajena.

Y, poniéndonos positivos, ese escrito es bastante aprovechable: lo podemos usar para pedir la declaración de categoría kinder-guardería para el consistorio aronero, viendo lo visto, lo más inteligente que podríamos hacer para adaptar esa administración a la edad mental de sus dirigentes :p . Ainsss, en serio, pobre Arona…

 

Posdata para ir dejando posturas claras: aparte de mis reticencias ambientales, me hice enemiga radical de ese evento y aborrecí a sus promotores políticos y empresariales cuando vi las pruebas de la escandalosa mamadera/derroche de dinero público que escondía. Los continuos fiestones con wisky y bebidas de sibaritas en hotel cinco estrellas a cargo de las arcas públicas aroneras para unos cuantos frescos y sus amigotes, entre otras barbaridades, me dejaron tal resaca de indignación que una década después sigue dándome dolor de cabeza pensar en aquel concierto playero. Y conociendo el andar de las perritas y cómo se ha complicado el ‘bisneo’ urbanístico de las licencias ilegales, sinceramente, dudo muy mucho (más bien todo), que tras el empeño por rescatar su celebración se esconda el interés general de la ciudadanía y del empresariado aronero. Desconfiada que es una, qué le vamos a hacer.