El consejo político de CC insiste en ponerle tapa a la olla a presión bertista de Arona

El periódico ABC difunde el pánico de Coalición Canaria a pronunciarse sobre su escandaloso alcalde condenado, plurimputado e ilegal:

«Ante el argumento del regidor, que no quiere dejar el cargo hasta que la sentencia no sea firme, el partido que lidera Paulino Rivero, que este sábado celebró su Consejo Político en Las Palmas de Gran Canaria, sigue sin pronunciarse sobre el asunto, pese a que se preveía que del debate interno de este cónclave de la formación nacionalista saldría una declaración sobre el particular o una orden a Reverón para que abandone la Alcaldía».

Jajajaj, como para no tener miedo. El alcalde ilegal de Arona y Arona en general se han convertido en la caja de Pandora de la corrupción canaria… Solo que si Paulino Rivero y el resto de CC creen que guardando silencio esquivan el taponazo, van listos. De momento, ahí tienen a un representante suyo intentando sellar alianzas con condenados de prevaricación para cargarse juntos la legislación anticorrupción que les obliga a dejar el cargo desde la primera condena. Aunque bien pensado, muy propio eso de situar a Coalición Canaria como baluarte estatal de la lucha política pro derechos de la corrupción ¿no les parece? 😉 .

De todas formas, no hace falta mucho talento para saber que una olla a presión recalentada al final salta por los aires, casi siempre, en la cara de sus cocineros.

El artículo de ABC incluye también algunas pinceladas sobre el pleno de ayer y, entre otras cosas, destaca el surreabertista detalle de que cuando Berto sea cesado ¡su acta de concejal pasará a una de las enchufadas que ha desencadenado su condena de prevaricación enchufadora!, jajajajaj. En realidad hace cinco meses que los haris conocemos esa muestra del tipical gafe bertista 😉 . Pero como es uno de esos escándalos peculiares que nunca pasa de moda, siempre da la risa leerlo.

Pinchen en la imagen para leer cómo va extendiéndose por Canarias y por el país el escándalo pro corrupción, antilegalidad y anti Estado de Derecho que están protagonizando el alcalde de Arona y su Bertismo de Coalición Canaria.

(Pinchar sobre la imagen para enlazar con ese artículo publicado ayer domingo en el periódico ABC)

¡¡¡Vétete a acostarte, ‘gorfo’!!! ¡¡¡Payaso, pónete a trabajar!!! (By El Digital de Canarias)

Qué bueeeeno el titular. No es fácil comunicar tanto con tan pocas palabras sobre algo tan surrealista como el Bertismo. Y la crónica del pleno que publicó ayer el Digital de Canarias está a la altura del titular. Enhorabuena al Fisgón Indiscreto, jajajaj, que se infiltró en el circense pleno de intento de cese del alcalde ¡acompañado de un fornido guardaespaldas! Y encima no exageró en la adopción de medidas de seguridad… A pesar de la impresión que seguro le produjo oír gritos e insultos en buzanadero, ha logrado pintar un cuadro humorístico de la surreasesión plenaria de Aronalandia.

Se las posteo por si se les pasó de largo:

Los nacionalistas votan un acuerdo ilegal para salvar la alcaldía y que siga Berto

6:30 horas de la mañana de ayer sábado: Suena el despertador. Berto se levanta y tras prepararse, llama por teléfono a su gente, a su guardia pretoriana,

Si pinchan sobre la imagen enlazarán con la noticia publicada en El Digital de Canarias (enlace eliminado en respuesta a la Tasa Google)

aunque sus legionarios y legionarias están un poquito fondones. Vienen a buscarlo varios concejales y el sempiterno personal de confianza (bedeles reciclados). Un Renault azul se acerca hasta el chalet de Buzanada. Recogen al alcalde y lo llevan, tras desayunar todos leche de cabra y todos van cantando “el zurrón de gofio yo lo llevó aquí, el que quiera gofio me lo pida a mí, me lo pida a mí” para darse ánimos, hasta al Ayuntamiento de Arona, mientras al fondo, casi cercana a La Laguna, suenan unas chácaras para buscar apoyos, pero Fernando Clavijo está acostado y no ha conectado el móvil, por si las moscas. Antes, mucho antes, este sms ha recorrido todos los móviles de sus fieles y sus seguidores: “en Arona no hay oposición tenemos una parranda con unas fijaciones que no son normales, la peor oposición que ha podido tener Arona en la historia de la democracia. Esta oposición torpe, encajada, agotada, sin recursos, sin ideas y que solo tienen una fijación, siguen manchando la imagen de nuestro municipio sin dejarlo que camine por el bien de nuestros vecinos, del desarrollo económico y turístico del mismo. En fin, no les ha quedado claro que la sentencia no es firme. Este sábado Berto te vuelve a necesitar, te esperamos en el pleno este sábado a las 8:00 de la mañana en el Ayuntamiento. Por el futuro de Arona, asiste! Pásalo!”. Impresionante. Ya todo está dicho antes de comenzar.

7:30 horas: Frenética actividad del personal de confianza y de las huestes de los nacionalistas. Todo se comprueba. La gente está avisada el día antes y se ordena un despliegue de la Policía Local. Pero la sorpresa es que también apareció un refuerzo de la Guardia Civil (de uniforme y de paisano), que parecía complacerlos, pero no. La oposición ha dado un golpe de efecto, porque los picoletos a quien va a proteger no es a el y a sus mesnadas, sino a los que ellos consideran sus enemigos, porque han conseguido radicalizar tanto el ambiente, que lo que es un asunto de cumplimiento de la ley se ha convertido en una batalla maniquea, donde los buenos y los malos son, depende de dónde se siente uno, en la bancada del gobierno o en la de la oposición. La gente convocada, la justa para llenar esos asientos que parecen pupitres, es variopinta, pero para reducirla para hacer más cómoda esta crónica, es como si el alcalde se hubiese traído a la mujer, al suegro y la suegra, a los hijos, a los primos, al yerno, al cuñado, al que le lleva la bombona, al panadero y al que llama para que le haga los ‘cancamos’ en el chozo. La familia, pero no la de sangre, sino la chusma de coleguitas y apesebrados, es esa que ha ido llenando los despachos de la Alcaldía desde hace años y donde Berto, o mejor, su Papa Llorón, les ha dado siempre lo que han pedido, a costa, como no, del dinero público.  Sigue leyendo