El alcalde, Sosa y Tatanito intentaron que ‘el de la mochila’ cesara en las denuncias a Fiscalía a cambio de un sueldo, un móvil y un despacho en el Ayuntamiento
¿Acaso creían que ya les había contado lo más fuerte de esta película que ha vivido y sufrido el concejal que ha abanderado la lucha anticorrupción en el Ayuntamiento de Arona? Pues qué va. Solo les he perfilado la parte más light de la guerra que el gobierno bertista, determinados técnicos municipales, empresarios y hasta su ex PSOE han librado para intentar aplacar, controlar y quitar de en medio a José Antonio Reverón (quien acabó dejando el PSOE y fundando Ciudadanos por Arona).
(Advertencia para públicos sensibles: En este capítulo hay escenas de terror).
El alcalde y su equipo estrenaron la mayoría absoluta que lograron en 2007 (histórica porque hacía dos décadas que ningún grupo conseguía concejales suficientes para gobernar en solitario, sin pactos) con una prioridad clara: defenestrar políticamente y vengarse de los socialistas responsables de sus imputaciones judiciales: Paco García Santamaría y José Antonio Reverón.
Los bertistas nunca asumieron que eran ell@s los presuntos delincuentes por haber gestionado el Ayuntamiento al margen de la legalidad (el Caso Arona arrancó con cientos de licencias de obra concedidas con informes jurídicos desfavorables, contratos de obras públicas adjudicadas a dedo, enchufes de personal y tejemanejes en el Plan General de Ordenación que llevan siglos tramitando).
Sino que enfocaron el asunto desde el primer momento como si los golfos fueran quienes les habían denunciado (aunque esa fuera su obligación como oposición). Sigue leyendo